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miércoles, 13 de noviembre de 2013

REFLEJOS: EL PODER EN EL ARTE

La pintura siempre ha estado vinculada con las altas esferas de la sociedad como forma de plasmar el poder a través de las imágenes, un capricho al alcance de unos pocos.


Desde el 8 de octubre hasta el 9 de febrero de 2014 el Museo del Prado de Madrid acoge la Exposición temporal  "Velázquez y la familia de Felipe IV" en la que se muestran varias piezas del pintor sevillano sobre el retrato cortesano.

Camillo Massimo by Diego Velázquez.jpg
Camillo Massimi 1650
La muestra recoge un total de 29 obras que el museo ha clasificado en cinco secciones. En ellas contemplamos la etapa de Velázquez como retratista real en los últimos 11 años de su vida, desde 1648, y también la manera en que sus sucesores, Juan Bautista Martínez del Mazo y Juan Carreño de Miranda continuaron renovando el género tras su muerte. 

Con Felipe IV, Velázquez se convirtió en el artista más influyente en la corte española, reflejando, mediante sus obras, la preocupación que tenía la corte española por la sucesión de la Casa de Austria. Todo esto en un momento clave para la monarquía, que comenzó a adentrarse en una profunda crisis.

En la primera parte de la exposición "de Roma a Madrid" encontramos cuatro retratos, entre ellos de los cardenales Camillo Massimi y Camillo Astalli, del oficial de la secretaría del Papa Ferdinando Brandani y del Papa Inocencio X. Todos ellos dotados de una notable franqueza comunicativa aunque con poca variedad de color en la paleta.

En la segunda parte de la exposición "las dos primas" Velázquez pinta a la reina Mariana y a la infanta Maria Teresa. En ésta etapa su pintura se caracteriza por el predominio de modelos femeninos y el mundo textil, incorporando vistosos trajes, alfombras etc. todo ello ampliando la gama cromática y rompiendo con la sobriedad de los retratos anteriores.


Velázquez - Mariana de Austria (Museo del Prado, 1652-53).jpg
La reina Margarita de Austria (1652-1653)
Ya en la tercera parte denominada "La infanta Margarita", el pintor se centra en el desarrollo físico y social de este personaje. La retrata hasta en cuatro ocasiones, entre ellas destacamos la pintura de Margarita cuando tenía tres años (1654), su aparición en Las Meninas y otra de 1666 antes de marcharse a Viena para contraer matrimonio con el emperador. 

Destacamos también la inclusión de una copia de "Las Meninas" realizada por Martínez del Mazo en la sala, aunque de menor tamaño que la original. Según el diario El País, el exconservador del museo Matías Díaz Padrón cree que estas "Meninas" son también de "Velázquez", tema que ha levantado gran controversia.

En la penúltima etapa "Mazo y Carreño: Continuidad y renovación" muestran las obras que supondrán la continuidad del retrato cortesano español una vez desaparezca Velázquez. Su yerno Martínez del Mazo y Juan Carreño supieron renovar las fórmulas y se adaptaron a las nuevas circunstancias políticas, tomando como punto de referencia "Las meninas".

Ya en la última etapa "Una historia circular" acaba con los retratos de Carlos II, que supone un paso en la representación del poder real, y Mariana de Carreño que hace un guiño a la pintura de Velázquez.








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